En tiempos difíciles hay que tomar decisiones pero éstas han de ser cuidadosamente estudiadas. De no ser así podemos cometer un gran error que nos cueste la supervivencia de nuestra empresa y todo el esfuerzo, tiempo y dinero dedicado a ella durante años.
Es aconsejable no quedarse con la primera idea que nos venga a la cabeza ya que no tiene por qué ser la más adecuada. Por ejemplo si decidimos que para ahorrar costes debemos recortar bruscamente el pesonal o las funciones de un departamento podemos encontrarnos con que esa «poda» ha hecho que el árbol de nuestra empresa no pueda seguir funcionando por sí mismo. Luego habremos acelerado su desaparición.
Cada vez encontramos más empresas que dedican esfuerzos a evaluar las decisiones minuciosamente y un posible indicador sean los resultados de algunas empresas de software para la toma de decisiones en tiempo real, como SAP que este 2011 ha crecido más que nunca. Las empresas de todo tamaño cada vez se toman más en serio la eficiencia de sus procesos porque, entre otros motivos, saben que es el método más eficiente para sobrevivir en este contexto desfavorable. La tendencia de abartar costes restando calidad al servicio parece que, además de estar perdiendo fuerza, se ha vuelto contra el sector servicios en muy pocos años. Así vemos que Movistar ha vuelto a implantar en España su centro de atención al cliente ya que detectaron que no compensaban los costes ahorrados con la pérdida tanto en calidad como en satisfacción de sus clientes.
Un escenario de futuro para las PYMES.
En el mundo de la mediana empresa, y basándonos en los anterior, cuando volvamos a asistir a competiciones por ver quien ofrece el mejor servicio en vez de ver quien puede seguir abriendo la persiana con menos recursos estaremos saliendo del túnel. Ser más competitivo para obtener más beneficios no es una idea nueva ni mucho menos pero no por ello deja de ser la clave del éxito. Lo que sí es cierto es que no siempre una mejora productiva conlleva una gran inversión en infrastructuras o personal, áreas de las más costosas y que primero caen, sino que podemos mejorar nuestra calidad con servicios externalizados. Nuestra experiencia nos ha brindado grandes ejemplos de ello y hemos tenido la suerte de poder ayudar a medianos empresarios casi al borde del colapso a superar a sus competidores con unas sencillas pero rentables mejoras en su departamento de atención al cliente, en la forma de organizar su información o simplemente en el proceso de recepción, ejecución y cobro de un pedido.
No nos resignemos a que el futuro será de quien pueda aguantar los malos tiempos por tener un colchón de pérdidas sin fin; hay que cambiar el chip y darnos cuenta de que las empresas que realmente tomen decisiones acertadas serán las que saldrán reforzadas en su sector y superarán con creces a la competencia que se haya dedicado a reducir, reducir y reducir calidad en sus servicios.