Ser copiado es habitual en los tiempos que corren pero hay que preocuparse cuando todo el sector puede salir perjudicado.
Hace unos días un cliente nos avisaba de que una página web ofrecía servicios similares a los nuestros y que, «sospechosamente», los publicitaba de modo muy parecido al nuestro. En el anterior artículo hablamos de las consecuencias de un mal proveedor de servicios virtuales pero esto es algo completamente distinto; cuando vimos el resultado no pudimos sino echarnos las manos a la cabeza y no precisamente por miedo a la sana competencia sino por el flaco favor que nos hacen a los que llevamos años dedicados a esta actividad. Habían copiado gran parte de la información de nuestra web y, en nuestra opinión casi sin saber de este sector tan delicado, se atribuían servicios y áreas de actuación que seguramente no conocían hasta dar con nuestro sitio en internet. También han «cogido prestado» nuestro programa ahorrador (que no funciona) y han indicado que además se dedican también a un amplio abanico de servicios más parecidos a la publicidad online que a la atención telefónica profesional.
Si además le sumas a esto varias imágenes pixeladas, errores de diseño y programación y un sinfín de despropósitos tienes como consecuencia una serie de catastróficas decisiones (y en nuestra opinión con una imagen más que discutible). Unas decisiones que sin duda les perjudican a ellos y lo que es peor a todo el sector de los servicios virtuales.
¿Realmente vale de algo exponer tu propia empresa de este modo? Sin duda opinamos que el camino no es intentar ser lo que no eres sino trabajar para lograr ser lo que pretendes.
