Tras años de experiencia atendiendo las llamadas de empresas de sectores muy diferentes hemos aprendido una cosa: a las personas nos gusta que nos escuchen. Muchas veces creemos que poner más limites o reglas nos garantiza el control cuando, paradójicamente, puede resultar al contrario. Por supuesto en la mayoria de los casos no es tanto por miedo a perder el control sino por una falta de atención a los detalles y a lo que la gente demanda. Un artículo reciente nos servirá para ilustrar esta desconexión con lo que pasa a nuestro alrededor: unos conductores de trenes protestaban así contra los cambios en las reglas de vestuario.
Conductores de trenes en Suecia han eludido la prohibición de llevar pantalones cortos con el uso de faldas, que no están prohibidas, para trabajar en los días calurosos.
Dejando de un lado la cuestión de lo que consideran «días calurosos» en Suecia podemos traspolar el ejemplo a nuestras prácticas. En ocasiones, a pesar de incorporar a nuestras líneas telefónicas y páginas webs frases del tipo «ayúdenos a mejorar el servicio», «su opinión es importante», etc., muchas veces se sigue haciendo un poco de lo mismo y los clientes, igual que estos conductores suecos, van a ir buscando los resquicios o van a desarrollar rechazo.
Si realmente nos importa la mejora del servicio no basta con llevar a cabo encuestas o estudios sino tratar de ir más allá y ver como podrían aplicarse estas propuestas. Es ahí donde un servicio externo puede ayudar, y de hecho ha ayudado a muchos de nuestros clientes ya que STK siempre realiza no solo un estudio previo sino también durante la aplicación del servicio para poder mejorar cualquier aspecto de la atención.
¿Tu empresa tiene algún método para valorar tanto la atención como los productos o servicios? Cuéntanos tu situación en los comentarios o en el correo electrónico.