Hoy veremos lo importante de tener ganas de cambiar una situación desfavorable. Hace unos días el premio Nobel de economía Paul Krugman revelaba en un programa de máxima audiencia de la CNN que fingir una invasión extraterrestre sacaría a E.E.U.U., y por extensión a la economía mundial, de la recesión.
He aquí el vídeo de las osadas declaraciones:
https://www.youtube.com/watch?v=E1Fzzs7oVaA
Por supuesto lo más fácil es ponerse en el lugar de su compañero de debate y ex economista jefe del FMI Ken Rogoff, que con ironía apunta que entonces lo que necesitaríamos para salir de la crisis es un nuevo Orson Welles. Pero ¿que pasaría si aceptamos el juego que nos pronone Krugman? Evidentemente este gran economista no ha perdido el juicio, simplemente reformuló de una forma divertida una de las teorías clásicas de Keynes tal y como publicó en su blog del New York Times.
De las declaraciones del vídeo podemos destacar una idea clave:
Toda la sociedad se afanaría en producir bienes que protegieran a la población de este ataque, con lo que la economía se reactivaría.
Traslademos esta teoría a nuestros negocios. Evidentemente no vamos a jugar a que una raza de más allá de la Luna viene a por nosotros y por eso debemos poner todos los recursos de nuestra empresa al servicio de la defensa del planeta. Sin embargo podemos utilizar la misma filosofía. En el vídeo Krugman apela a uno de los ejemplos clásicos de Keynes que dice que en tiempos de recesión económica la inversión de recursos es útil aunque sea haciendo agujeros para luego taparlos ya que, evidentemente, esos recursos no dejan de ser actividad. Movimiento. Si jugamos a que estamos en una situación crucial, y para muchas empresas no es necesaria una invasión alienígena para ponerse en tal caso, poner a funcionar todos y cada uno de los recursos de los que disponemos en combatir esa situación desfavorable sería, sin duda, un impulso más que favorecedor para nuestros negocios.
Este es el mensaje escondido en la peculiar teoría de uno de los economistas más brillantes de la actualidad y que, sin necesidad de mirar hacia las estrellas, se puede aplicar en pequeña escala al día a día de nuestra actividad económica.