Muchas veces nos complicamos demasiado en el camino al éxito en los negocios. Éxito puede significar muchas cosas pero desde luego incluye trabajar duro y, algo que a veces olvidamos, sentido común. Desde hace un tiempo le seguimos la pista a un gurú del marketing diferente al resto; sorprendentemente no trabaja en Silicon Valley, no es un genio de la tecnología y (lo más importante) es un revolucionario sin haber descubierto nada nuevo. Su nombre es Santiago Lop, trabajaba con un tractor y actualmente vende artículos de acero a más de 40.000 clientes en 100 países a través de internet. Algunos de sus preceptos son aplastantemente directos y tan empapados en sentido común que, con una sonrisa, han abierto los ojos (y la boca) a más de uno. Aquí os dejamos algunas de sus perlas:
- En el 98 trabajaba con mi tractor y sólo había oído de internet por la radio y la tele.
- ¿Nos puedes hacer una página? No sé de qué todavía pero tú ves haciéndola.
- Ganas de trabajar no faltaban.
- Tenemos 40.000 clientes en 100 países y no conocemos a ningunos.
- Al cliente hay que atenderle bien. Si hay algún problema con que tú le respondas rápidamente tienes la mitad del trabajo hecho.
- Cuando llaman por teléfono hay que atenderles pero sin intentar embutirles nada.
- La gente tiene que ser capaz de comprar casi sin pensar.
- Ningún dato obligatorio. ¿Ha pagado? Pues eso es lo importante. Lo mas fácil posible para pasar por caja. El que quiera pagar aunque sea con trigo.
- ¿A donde quieres vender? ¡Pues a todos lados!
- No nos gastamos dinero en publicidad «de pagar». Sólo colaboramos con las fiestas de pueblo.
Mientras algunos invierten mucho tiempo y dinero rizando el rizo otros simplemente deslían la madeja. Todo un ejemplo de marketing moderno aplicado a la vida real.